crónica de las angustias



y todos los días encontramos un pedacito de angustia flotando en el cosmos, y lo hacemos nuestro para que nos acompañe por el resto de la tarde.

yo hoy, de casualidad, me encontré con una que quiso cambiar y me dijo que quería salir a pasear, a ver el sol. que nos abandonó durante todo ese tiempo y ahora que volvió, ahora que volvió es como si no se hubiera ido. y las angustias se alegran de verlo salir. y mi angustia particular se alegró y me dieron ganas de sonreír.
 y pensé que quizás, las angustias no quieren ser angustias. y que cuando las tomamos, ellas tienen la esperanza de encontrarnos y salir, florecer. porque cada una es un pequeño capullo penoso. pero tengan paciencia.
en su angustia de mañana, les aconsejo: invítenla a pasear, a ver el mundo mientras se mueve.

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